Vivimos la «sociedad del conocimiento«, frente a la anterior «sociedad de la información«, (capacidad humana de gestionar la información de forma crítica, frente a capacidad tecnológica, respectivamente), pero, ¿sabemos gestionar el conocimiento? ¿Qué nos aportan los medios y redes sociales? ¿Cómo podemos mejorar nuestras estrategias, empresas, negocios, marketing y comunicación gracias a la inteligencia colectiva? 

En la diferencia misma de su definición frente a la sociedad de la información, está la clave principal: lo humano, prevalece, como no puede ser de otra forma, frente a lo tecnológico. Y esto en sí, ya es la principal estrategia que debemos aprehender a la hora de digitalizar nuestra empresa: toda estrategia de marketing o comunicación que se base en contratar a un Community Manager para que nos gestione las herramientas, los canales, y medios, es decir, Facebook, Twitter, Pinterest, Mailchimp o cualquier otra plataforma, no es sino una forma de dar continuidad a una metodología errónea, ya que deja de una lado la estrategia y el cambio, ese cambio hacia la empresa digital, la comunicación digital, y el marketing digital.

Sociedad del conocimiento

La primera vez que se habló de «sociedad del conocimiento» fue en 1969, cuando Peter Drucker la usó en sus estudios al respecto de determinados elementos del management, pero no fue hasta 1990 cuando los investigadores Mansell y Stehr comenzaron a publicar sus tesis cuando empezamos realmente a hablar de ella. Las claves para entender el concepto parten de la «sociedad de la información» y se encaminan hacia aspectos globales y colaborativos para compartir los conocimientos: democratización, globalización y universalidad del conocimiento. ¿Pero en qué consiste exactamente? Es una sociedad que se basa en el progreso social, ético y político (la sociedad de la información se basa en el progreso tecnológico), pero lo cierto es que no existe hoy por hoy un modelo único debido a la diversidad cultural y lingüística en nuestro planeta, por lo cual resulta un reto interesante para la gran mayoría de culturas y países. Cuando hablamos de información hablamos de hechos y acciones, mientras que al hablar de conocimiento estamos refiriéndonos a la interpretación de dichos hechos y acciones, lo cual implica necesariamente como referente a la diversidad, que juega un papel trascendental en la sociedad del conocimiento: sin embargo, el conocimiento no es algo que pertenezca a un sólo individuo, sino un activo objetivo y global.

La diversidad y la colaboración en la sociedad del conocimiento

Los que hemos estado en otros países un tiempo hemos aprendido bastante sobre el «choque cultural» y por supuesto, el «choque cultural inverso», no en vano cuando vas y vienes a menudo, tarde o temprano te vas a ver en la tesitura de algún malentendido «cultural». No obstante, la diversidad no debe nunca ser entendida como algo negativo o como una desventaja, sino que debemos aprender a gestionarla del modo más adecuado a nuestro propósito, ya sea adecuarnos a una sociedad determinada o unificar criterios en un equipo de trabajo: es más, la diversidad nos proporciona un elemento crucial en muchos proyectos, perspectivismo. Tener en un grupo de trabajo diferentes perspectivas provenientes de la diversidad cultural y social nos aporta una gran cantidad de soluciones y puntos de vista enriquecedores que debemos tener muy en cuenta no sólo para tratar nuestro equipo, sino el proyecto en sí. En un grupo multicultural la diversidad no tiene por qué ser un muro de enfrentamientos, sino una puesta en común que demuestre lo que ya tantas veces hemos repetido de «nadie lo sabe todo, pero todos saben algo», si a esto le añadimos ese factor de visión global, el éxito está más seguro. En el primer grupo multicultural que gestioné había una persona de África, dos de Asia, dos de Europa y tres de América (Norte y Sur).

Debo admitir que en algunas ocasiones era complicado gestionar un grupo tan ecléctico, no sólo por las obvias barreras lingüísticas, sino por las desavenencias y problemas en la gestión de workflows y distribución de tareas. Eso sí, al final, cuando conseguimos estar todos en el mismo sitio, el trabajo y el proyecto funcionaron incluso mejor de lo que yo había pensado: las claves son mostrar el camino hacia la integración, compartir conocimientos, ideas y experiencias, de ese modo es más fácil y posible que los empleados lleguen a ser «knowledge workers«.

Esto mismo que ocurre con los equipos de trabajo, debemos aprender a llevarlo al terreno de los «usuarios y consumidores» en los medios sociales, de modo que cada uno de ellos sea un pilar más de nuestra estrategia, un elemento esencial de comunicación que nos permita mejorar, tanto nuestra reputación como negocio/empresa/marca, como nuestros propios productos y servicios y la forma de relacionarnos con lo externo y lo interno, es decir, una forma de gestionar el proceso de evolución hacia la empresa 2.0.

Educación y sociedad del conocimiento

Que la educación es uno de los pilares fundamentales en los que se cimientan y sostienen las civilizaciones y la cultura es un hecho indiscutible, por ello es fundamental su papel en la sociedad del conocimiento. Si profundizamos un poco más en el conocimiento, nos encontramos que existen cuatro tipos:

* conocimiento sobre procedimientos, los que atañen al «cómo» hacer algo, y aunque en principio no parecen sugerir una gran dificultad de aprendizaje, puede ser un auténtico dolor de cabeza cuando tratamos con personas con diferentes mundos referenciales.

* conocimientos explicativos, los que nos enseñan el «por qué», que en muchas ocasiones pueden plantear todo tipo de dudas y de vacíos.

* conocimientos descriptivos, en este caso, no sólo los mundos referenciales y la diversidad cultural se interponen, sino la lengua: hay que recordar que un idioma es mucho más que usar términos diferentes para llamar a las cosas, sino que suponen una forma diferente de organizar el mundo, las ideas. Por ejemplo, para lo que en español es «cielo», en inglés existen dos términos «heaven» y «sky», con diferentes significados que un angloparlante no confundiría.

* conocimiento del comportamiento, que nos muestra los hechos e información e implica un esfuerzo cognitivo superior que no todos alcanzan en ocasiones, y debemos ser un apoyo esencial en todo momento para asegurar la integración.

En un mundo conectado en tiempo real como el que vivimos, la información y el conocimiento son dos activos que debemos tener muy en cuenta porque son dos claves para el éxito, tanto individual como de grupo, sea una cultura, un país, un proyecto, una sociedad o la globalidad del mundo.

Los medios sociales y la inteligencia colectiva

Es esencial que hoy por hoy, entendamos lo que significa lo colectivo, lo colaborativo, y que le otorguemos la importancia y valor que tienen para nuestros proyectos: en Social Media Marketing y Comunicación, no puede entenderse de otra forma, ya que es la colectividad, todo aquello que llamamos interacción, engagement, comentarios, fans, followers, participación, etc, lo que marca la pauta y nos facilita los big data.

La inteligencia colectiva y el crowdsourcing son dos elementos fundamentales que no pueden obviarse en el social media, es más, la persona o personas que gestionen la estrategia comunicativa en el día a día, deben tener la capacidad de gestionarlas no ya sólo a la hora de dar respuestas o generar contenidos de valor, sino de propiciar un mejor flujo de información de valor, enriqueciendo el contenido y las conversaciones con la participación de los usuarios.

Gestionar una comunidad, tarea del Community Manager, es seguir una línea estratégica diseñada en base a lo que los Social Media son: el mayor exponente y ejemplo factible de una sociedad del conocimiento, en la que la información de valor, los contenidos de valor, son el mayor logro al que se puede aspirar. ¿Qué buscan los usuarios? ¿Quiénes son? ¿Cómo son? ¿Qué pueden aportar? ¿Qué les podemos aportar? Conocer bien al usuario, al cliente, al prosumer, es la piedra filosofal para llevar a cabo una estrategia de contenidos con éxito. Por ello, siempre recomiendo, por ejemplo, hacer mapas de empatía, canvas, sesiones de brainstorming, auditorias, y todo tipo de sesiones que ayuden a facilitar y gestionar adecuadamente el conocimiento colectivo.

Si me lo permitís y parafraseando a Levy, «Ningún estratega o community lo sabe todo, pero todos los usuarios saben algo».

 

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Actualización del post «La sociedad del Conocimiento», escrito y publicado originalmente en Collaboration Ideas por Dolores Vela.

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