Con este post, me gustaría iniciar un nuevo área de interés, la productividad y la empresa 2.0: los que me conocéis me habréis escuchado decir a menudo, que para llegar al social media marketing, a la comunicación 2.0, hay que empezar por dentro, por la evolución y el cambio de las empresas hacia el social business y empresa 2.0, ya que si los cambios sólo son superficiales, las prácticas en social media pueden ser nefastas, y nada productivas ni rentables. Y es que  gracias a la Web 2.0, cada vez más pymes y empresas emprenden el camino hacia la innovación y la colaboración, algo que sin duda, se están convirtiendo en dos de los pilares fundamentales para tener éxito y ser productivos. Si tu negocio quiere ser competitivo necesitas desarrollar, así como fomentar, nuevas metodologías y estrategias no sólo en cuanto a los recursos técnicos, sino los recursos humanos y el liderazgo. Nuestra labor como profesionales de los Medios Sociales, no puede limitarse a optimizar la comunicación o el marketing, sino ayudar a la implementación de lo «digital«, la actitud y cultura digital en la empresa, por así decirlo.

Muchos son los negocios y empresas que siguen cometiendo una y otra vez los mismos errores y aún no llegan a conocer el problema que subyace detrás de la «fuga» de empleados que aparentemente estaban contentos en sus puestos y con sus salarios. El liderazgo, como tantas otras cosas en nuestra cultura, ha sufrido y debe sufrir una serie de cambios drástricos en la forma de comunicar y dirigir un equipo humano: el camino hacia la Empresa 2.0 pasa por la innovación de directivos y responsables de equipos de trabajo, por lo que aquellas empresas cuyos jefes y líderes no estén preparados para una evolución adecuada a lo 2.0, deben comenzar a educarlos y revisar su comunicación interna y asegurarse de que los recursos humanos, esenciales en cualquier negocio, son gestionados adecuada, dinámica y productivamente.La mayoría de los errores de liderazgo podrían fácilmente subsanarse con modelos colaborativos estratégicamente planificados e implementados en todos los niveles y sectores.

Algunos de los errores más comunes y desafortunados que se pueden cometer en cuanto a liderazgo son:

  1. Tratar a tus empleados como una «propiedad«. Algunos jefes parecen comportarse como si el hecho de haber contratado a una persona y pagarles un sueldo les diese poder sobre su persona física más allá de lo meramente profesional: no es respetuoso ni profesional y ni personalmente inmiscuirse en la vida de un trabajador y su tiempo libre.  Si queires que tus empleados trabajen más y  mejor, debes empezar por respetarlos profesional y personalmente, lo ideal es pensar en tratar a los empleados como deseas que ellos traten a tus clientes, de ese modo serán más productivos y que participen más en las tareas y objetivos que se fijan como meta. Respeta su privacidad, sus habilidades y preparación profesional y su tiempo libre, así como su tiempo de descanso y opiniones, ideas, comentarios y ayúdalo a solventar posibles conflictos y problemas de índole profesional tanto con sus tareas individuales, como colectivas y con los demás compañeros. En realidad no hablamos más que de saber gestionar la inteligencia emocional, las personas por más profesionales que sean, no dejan de ser seres humanos, y su compromiso y dedicación a la empresa y los objetivos se verá impulsado si se siente más afín, integrado y respetado en su puesto de trabajo y con el resto del equipo.
  2. No trates de hacerte ver como imprescindible. Si tus empleados creen que sin ti no pueden hacer nada porque tú lo sabes y puedes todo, se sentirán inseguros a la hora de tomar decisiones y siempre se verán retrasados por esperar tu aprobación o la de otros. Un buen líder debe aprender a confiar en sus empleados, recuerda que si los contrataste por su preparación, debes confiar en la preparación y personalidad que te llevó a confiarles la tarea para la que fueron reclutados. Lo ideal es «estar» cuando se necesite ayuda, consejo, tomar decisiones de peso, solventar conflictos y monitorizar sin intervenir a no ser que lo requiera la situación.
  3. Algunos líderes piensan que la comunicación y al información son dos activos que no deben permitirse o compartirse con los empleados porque pueden poner en peligro al productividad, así que no comparten información de valor que podría ayudar a sus empleados y colegas de equipo. En primer lugar recuerda que si tú tratas la información así, tus empleados lo harán de igual modo y el secretismo se convertirá en un arma en contra de la armonía y la colaboración. La información es poder, y bien gestionada un gran elemento de unión y engagement para los equipos de trabajo. Los empleados prefieren siempre conocer bien los proyectos, allí hasta donde el buen juicio y la política de privacidad y confindencialidad sea posible. Hay que fomentar la colaboración y la comunicación entre líderes y equipos de trabajo, entre miembros de un equipo, entre departamentos, etc, para facilitar las interacciones, el flujo de trabajo, el correcto desarrollo de las tareas y el conocimiento positivo de los objetivos. Si tratas a tus empleados como niños en el patio de un colegio, se comportarán como tales.
  4. Nunca, y digo nunca jamás, te atribuyas el trabajo de otros ni total ni parcialmente. Da siempre crédito a quien lo merezca, tu equipo o un empleado concreto. De ese modo facilitarás el brainstorming y la creatividad, los empleados serán más participativos y estarán dispuestos a compartir sus conocimientos e ideas si saben que se les va a reconocer el trabajo y la iniciativa. Robar las ideas o el trabajo ajeno sólo genera descontento, negatividad, falta de confianza y comunicación, con lo cual los empleados se desvinculan de los objetivos y comienzan a ser menos productivos y dinámicos. Cuida a los knowledge workers.
  5. Para algunos líderes es difícil admitir errores: si eres humilde y aceptas errores e incluso te disculpas cuanod sea necesario, tus empelados te verán como un jefe cercano y se comprometerán más con la empresa y sus objetivos.  Los empleados respetan más a un jefe justo y humilde que a uno vanidoso, prepotente y distante.

En realidad se trata de implementar modelos colaborativos que fomenten actitudes para compartir, participar, distribuir, monitorizar, comunicar y escuchar, como una autopista segura hacia el éxito como Empresa 2.0 y Social Business. Los empleados se sienten con mayor responsabilidad empresarial y compromiso si tu negocio, producto y servicio es algo con lo que se vinculan gracias a una actitud y gestión positiva del liderazgo y los recursos humanos. Si te dedicas a ser un jefe controlador, que no los deja ir más allá de sus cubículos y los tratas como una propiedad más, tarde o temprano te dejarán y buscarán otras empresas, posiblemente incluso tu competencia, donde sus conocimientos y habilidades sean mejor gestionados y valorados.

 

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Artículo publicado originalmente en Collaboration Ideas. Actualizado.

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